Entonces, lo que se relata existe y no a la vez. O mejor dicho, existe en su realidad y en nuestra imaginación, que al fin y al cabo, es lo que le da vida (y si la habita, por qué no tendría la capacidad de editarla?). El plano de lo real se funde con el imaginario coexistiendo en un mismo tiempo/espacio y la razón por la cuál trabajé con la obra de Narcisa es porque me interesó indagar en ello.
Para el proyecto final de la materia realicé una versión propia de uno de los primeros videos que vimos en la cursada. Este es, "Taller" de Narcisa Hirsch, 1971. En él, se escucha una mujer relatando lo que entendemos es la habitación donde ella y la cámara se encuentran, solo que ésta no la sigue en el recorrido, sino que queda de cara a solo un fragmento de la misma.
Ya que, gracias a la estructura narrativa, no podemos dar cuenta de la veracidad de lo que el locutor narra, resolví en darle voz a un locutor que, además, ejerce una existencia subjetiva: mi amigo imaginario. Si la materialidad del relato es crítica, con un locutor de este tipo se genera una puesta en abismo. Comienza, al igual que en "Taller", relatando lo que efectivamente el espectador ve en plano: un teléfono marrón y unas fotos. No obstante, gracias a que la cámara queda fija en el lugar, no se puede actualizar la imagen, por lo que el resto pudiera tanto existir como no.
Por evidencia, una habitación existe, o al menos existe un fragmento que da cuenta de ella. La habitación, la mía, sucede y existe (eso lo digo yo, porque lo sé, porque instalé la cámara para la grabación). Así mismo, los objetos que mi amigo imaginario proyecta sobre ella, también (eso lo dice ella, que relató lo que veía porque, en su subjetividad, naturalmente, existe).
Proyecto Final

Taller
Nicole Jullier

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